02 Jul Cuidadora del Hogar San Vicente de Paúl | Mery Luz Jara
Hola, soy Mery. Desde hace muchos años trabajo en el Hogar San Vicente de Paúl. Lo que me motiva a estar aquí es mi vocación. Me gusta servir a los abuelitos y abuelitas, atenderlos con cariño. Disfruto lo que hago: bañarlos, jugar con ellos, cambiarles los pañales, hacerles masajes, cortarles las uñas y escuchar sus anécdotas. A ellos les encanta que los escuchen. Les doy todo lo que necesitan en sus cuidados y necesidades, siempre con respeto, empatía, amor y mucha paciencia.
Ahora el Hogar San Vicente de Paúl es mixto: hay varones y damas. Antes solo había damas. La convivencia es tranquila, aunque a veces se transforman… se les “entra el cuco”, como decimos. En esos casos, solo queda seguirles la corriente para que se calmen.
Cuando un abuelito ingresa al hogar, suele tener mucho miedo y rechazo, tanto hacia el personal como hacia los demás abuelitos. No les gusta que los toquen para hacerles el aseo, e incluso no quieren dormir en sus camas. Como han vivido en la calle, prefieren el suelo. Todo eso se les va enseñando con paciencia, empatía y respeto. Con el paso de los días, nos vamos conociendo: sabemos qué les gusta, jugamos rompecabezas, a la pelota, pintamos, conversamos. También les enseñamos a lavarse las manos antes de comer para no enfermarse, o a ponerse la pijama para descansar.
Cuando un abuelito fallece… qué dolor. Me invade una profunda tristeza. No son mi familia, pero todo el tiempo que compartimos —sus travesuras, ocurrencias, los momentos bonitos y también los difíciles— me marcan. Sé que es parte de la vida y que nada es eterno… pero siempre los llevo en mi corazón y los recuerdo con mucho amor.