
09 Abr Voluntaria Focus | Melanie Hilemes
No tengo suficientes palabras para expresar mi experiencia general durante esta última semana. La sensación extrema de paz y alegría que encontré en el arduo trabajo de construcción, y las muchas risas compartidas con una comunidad tan maravillosa durante nuestra reunión en casa del Hermano Víctor, fueron una muestra del carácter universal de Dios en acción.
Esta fue mi primera experiencia fuera del país, y además en un lugar con un idioma nuevo. Aunque tomé clases de español en la secundaria, no estaba ni cerca de poder comunicarme de manera efectiva. Por eso, no tenía expectativas claras sobre el viaje. No sabía qué esperar. Solo sabía que Dios proveería y que tenía un motivo para querer que yo fuera, y así fue.
Estar en San Juan Apóstol me regaló tantos momentos inesperados y conmovedores. Actualmente estudio educación en la Universidad Estatal de Murray, en Kentucky, así que estar presente en una escuela fue una bendición. Aunque apenas podía tener una conversación básica, si acaso, con los niños, vi en sus ojos una alegría pura y un amor por Dios. Desde la misa y la procesión de San José, hasta los cantos y las respuestas a preguntas de trivia, los estudiantes estaban llenos de vida y amor por Jesucristo. En el aula de los niños de 5 años, vi la paciencia de los pequeños mientras nos incluían en sus dibujos. Mi niña, Lucero, y yo estuvimos en silencio la mayor parte del tiempo, pero fue un momento que nunca olvidaré, especialmente cuando me dijo que colgaría el dibujo en su casa después de que yo lo firmara por detrás. Estos momentos reafirman por qué mi vocación es estar en un aula cada día, enseñando a la próxima generación. Dios quería que hiciera este viaje y fuera testigo de que, sin importar dónde esté, siempre encontraré el camino de vuelta a un aula.
I don’t have enough words to express my overall experience over this past week. The extreme feeling of peace and joy found in the hard work of construction and the many laughs surrounded by such a wonderful community during our get together at Brother Victor’s was God’s universaltality at work.
This was my first experience out of the country let alone a new language. Although I had taken Spanish classes in high school I was nowhere near able to communicate effectively. Because of this I had no real expectations for the trip. I didn’t know what to expect. All I knew was God would provide and had a reason for wanting me to go and he very much did.
Being at San Juan Apostol provided me with so many unexpected heartwarming moments. I am currently at Murray State University in Kentucky studying education, so being present in a school was a blessing. Although I could only have basic conversation, if anything, with the children I saw the pure joy and love for God in their eyes. From mass and the St. Joseph procession to singing and answering trivia questions the students were full of life and love for Jesus Christ. In the 5 year old classroom, I saw the patience in the children as they included us in their coloring. My little girl, Lucero, and I sat in silence for most of the time, but still a moment I will never forgot as she told me she would hang it in her house after I signed the back of it. These moments reiterate why my calling is to be in a classroom every day teaching the next generation. God wanted me to take this trip and witness no matter where I am I will always find my way to a classroom.